TEXTO ANTONIO HUERTAS MEJÍAS. PRESIDENTE DE MAPFRE | IMÁGENES MAPFRE
MAPFRE celebra su 90 aniversario siendo líder en Latinoamérica y la aseguradora española más importante del mundo.
MAPFRE ha celebrado su 90 aniversario con un evento multitudinario en Madrid, donde el presidente, Antonio Huertas, ha trazado un recorrido sobre la historia de la compañía desde sus orígenes rurales en 1933 en el centro y sur de la península ibérica, hasta su momento actual como aseguradora española más importante del mundo y líder absoluto de los seguros en Latinoamérica.
En su intervención, el presidente de MAPFRE ha agradecido su entrega y compromiso a todos los profesionales externos e internos, a los consejeros, a los socios de negocio y, en general a todos los grupos de interés que han contribuido a este éxito a lo largo de las nueve primeras décadas, así como también ha destacado los hitos y méritos de cada uno de los presidentes que ha tenido la compañía desde la importante refundación realizada por Ignacio Hernando de Larramendi. A continuación puedes leer el texto completo de su intervención.
En el mes de mayo de 1933 un grupo de empresarios agrícolas del sur y del centro de la Península Ibérica acordaron la creación de la Mutualidad de Seguros de la Agrupación de Propietarios de Fincas Rústicas de España, para asegurar a los trabajadores de sus explotaciones. Ese mismo año casualmente comienza la construcción del que muchos años después, en la década de los 70, comenzó a usarse como icono visual de nuestra empresa, el Golden Gate de San Francisco, el famoso puente que, gracias a una feliz idea de MAPFRE Vida, comenzamos a usar desde entonces alrededor del concepto del “puente hacia tu jubilación”. Pero en sus primeros 20 años de existencia, nuestra empresa tuvo una vida incierta y procelosa, en un primer ciclo hasta mediados de los 50, en el que a duras penas sobrevivió a la guerra civil, a las luchas internas y egos personales y políticos y a graves errores de gestión que casi llevan a esta pequeña mutua a la quiebra. Fue a partir de 1955 con la incorporación de un entonces joven inspector de seguros, Ignacio Hernando de Larramendi, cuando comenzó una segunda etapa, en la que él, aun con limitados apoyos y recursos, comenzó poco a poco a profesionalizar la empresa y a tomar decisiones de calado que cimentaron el desarrollo y modernización de lo que varias décadas después, a mediados de los ochenta, llegaría a constituir el primer grupo asegurador español.
Entretanto, la propia evolución de la sociedad y de la economía española sirvió de soporte para la construcción de un sueño empresarial que, desde la humildad, la constancia, la profesionalidad, la austeridad, el rigor técnico y unos sólidos valores éticos, empresariales y sociales, iba marcando la diferencia frente a sus competidores tradicionales. La formación y el ímpetu de sus jóvenes y entusiastas directivos permitió aprovechar todas las oportunidades que España comenzó a ofrecer a partir de los sesenta, gracias al pujante desarrollo de una nueva clase media con la popularización del vehículo privado y la aprobación del seguro obligatorio del automóvil, la necesidad de atender nuevas realidades, como la construcción de millones de nuevas viviendas y el incipiente ahorro privado y la protección de las nuevas necesidades de esa emergente sociedad.
La propia evolución de la sociedad y de la economía española sirvió de soporte para la construcción de un sueño empresarial que, desde la humildad, la constancia, la profesionalidad, la austeridad, el rigor técnico y unos sólidos valores éticos, empresariales y sociales, iba marcando la diferencia frente a sus competidores tradicionales.
Ya en esos años la ambición por crecer y ampliar las áreas de desarrollo llevó a la creación de otras unidades de negocio que, con el tiempo, han sido claves para entender la MAPFRE de hoy día. Además del negocio de vida y de otras líneas como el seguro de hogar, los seguros de empresa y el desarrollo del reaseguro, la expansión allende nuestras fronteras, que comenzó en Colombia y Argentina en la década de los 80, y que tuvo continuidad año tras año, en prácticamente todos los países iberoamericanos, bajo la presidencia de nuestro querido Julio Castelo, q.e.p.d., ha sido determinante para la configuración multinacional actual de nuestro grupo. Es a lo largo de la etapa de José Manuel Martínez como presidente, cuando este desarrollo internacional, que él mismo había liderado inicialmente al lado de Larramendi y posteriormente con Castelo, se consolidó. Es también bajo el liderazgo de Martínez, quien a su vez había impulsado decisivamente el negocio de Reaseguro, cuando se dan pasos trascendentes para el desarrollo de los negocios aseguradores en mercados de habla no hispana, como Estados Unidos y Turquía y que continuaron desarrollándose posteriormente, ya en esta última década, en otros países europeos y asiáticos. Todo ello nos permite hoy día hablar de una aseguradora y reaseguradora global, con presencia en los cinco continentes, con un marchamo propio representado por su modelo de negocio, su solidez y la profesionalidad de sus equipos.
Es en el año 75 cuando se da otro paso trascendente y es la creación de la primera Fundación, de las varias que hubo durante las décadas posteriores. Es a través de éstas y ya desde el año 2006, con la última gran reordenación empresarial del grupo, bajo la presidencia de José Manuel Martínez, con la desmutualización y la configuración de la nueva Fundación MAPFRE, lo que permite consolidar ese gran compromiso social de MAPFRE, impulsando proyectos sociales, culturales, de prevención de accidentes, de promoción de la salud y de difusión de la cultura aseguradora.
Antonio Huertas, presidente de MAPFRE, acompañado por los vicepresidentes de la compañía, José Manuel Inchausti, Catalina Miñarro e Ignacio Baeza, y por el presidente de Honor, José Manuel Martínez
En el seguro de automóviles MAPFRE introdujo a partir de los años 80 muchas medidas que fueron determinantes para convertir el ramo en uno de los más rentables y mejor apreciado por los clientes, como los servicios de tramitación y pago rápido, la asistencia en carretera, los primeros centros telefónicos, los servicios médicos y de peritación propios, la cercanía geográfica y empática con los perjudicados, sus excelentes equipos técnicos y jurídicos y muchas más innovaciones que se vieron acompañadas en el sector, además, por el desarrollo de los convenios de tramitación o la introducción del baremo de indemnización de daños personales. Además, hace ahora también cuarenta años, bajo el liderazgo del presidente Castelo, se creó el Centro de Investigación y Seguridad Vial MAPFRE, CESVIMAP, laboratorio de movilidad de la compañía y referente mundial en el estudio del vehículo y sus componentes, que tanto ha ayudado a mejorar las condiciones de los coches, la reducción de la accidentalidad y la reparación de los mismos.
En los seguros de hogar, MAPFRE fue capaz también de transformar un seguro puramente indemnizatorio a uno de servicio donde prima fundamentalmente la ayuda al cliente para resolver las incidencias en su casa y recuperar con confianza cuanto antes el estado de las cosas. En los seguros de Vida, MAPFRE popularizó instrumentos de ahorro a largo plazo entre los españoles, cuando todavía la seguridad social como hoy no la conocemos no existía, y se introdujo en todas las casas tanto publicitaria como comercialmente, gracias al desarrollo de una amplia red de especialistas que pudieron convencer a millones de españoles de que invertir en productos de seguros sencillos y altamente rentables era una forma viable y segura de protegerse para el futuro. Además, sirvió de base de desarrollo del negocio institucional de inversión para nuestro grupo, creando MAPFRE INVERSIÓN, que ha manejado con éxito durante décadas nuestras carteras y las de nuestros clientes y que, en los últimos años, con el lanzamiento adicional de MAPFRE GESTION PATRIMONIAL está reforzando ese posicionamiento de asesoramiento financiero al inversor minorista, que suele además otorgarnos su confianza también en su protección aseguradora.
Los seguros de empresas vivieron también su desarrollo innovador desde MAPFRE, siguiendo el camino de la creación de ese gran tejido de medianas, pequeñas empresas y autónomos, que surgieron al amparo de ese milagro económico que supuso la sociedad española durante décadas y que nos permite hoy día liderar este sector tanto en España como en Latinoamérica. Y ya en los años 2000 pudimos dar el asalto a la gran empresa y a los grandes riesgos industriales, gracias a MAPFRE GLOBAL RISKS, nuestra unidad especializada en este tipo de negocio.
El salto trascendente que se dio con la creación de la Unidad de Reaseguro hace ahora cuarenta y un años, se consiguió gracias al lanzamiento al mundo de un grupo de jóvenes entusiastas y conocedores de este imprescindible instrumento de protección aseguradora, que distribuye los riesgos y limita la volatilidad de los resultados de las compañías de seguros. Hoy MAPFRE es también reconocida por su liderazgo técnico y de servicio en la protección reaseguradora de muchísimas compañías de seguros distribuidas por todo el mundo.
El afán por perfeccionar la prestación de nuestros servicios llevó durante décadas a un gran desarrollo internacional de nuestra Unidad de Asistencia, conocida hoy como MAWDY, que ofrece servicios diferenciadores a bancos, aseguradoras, retailers, y fabricantes de automóviles, entre otros, principalmente en los países donde ya contamos con compañías de seguros.
Y no querría dejar de referirme a nuestra siempre hermana FREMAP, nuestra querida mutua patronal. Compartimos con ellos origen y cultura y todavía hoy, a pesar de la lógica y exigible separación de actividades y modelos empresariales, nos une una fraternal relación que nos fortalece a ambos.
A lo largo de toda su historia MAPFRE ha sido sinónimo de innovación, transformación y vocación de liderazgo. Cada una de las unidades de negocio ha creado espacios propios y diferenciados que son muy apreciados por los clientes. Todo ello acompañado por un desarrollo tecnológico de vanguardia, incorporando plataformas propias y de mercado que siempre han ido por delante y que nos han permitido fortalecer las operaciones de nuestros agentes y delegados y de nuestras propias oficinas y hoy también sirven de fuerte apoyo al resto de canales con los que operamos, corredores, grandes brokers, entidades financieras, etc. Pero además la tecnología nos ha permitido estar siempre muy cerca del cliente. En nuestra historia quedan ya lejos el avance revolucionario que significó el teleproceso, que informatizó la gestión diaria de miles de oficinas, permitiendo olvidar para siempre la frágil propuesta de seguros muy usual en aquella época, fortaleció las operaciones, la contabilidad y seguimiento dinámico y prácticamente online del negocio, las reservas de siniestros y la atención descentralizada de nuestros clientes en cualquier punto de la Red. Todo esto ya había sido plenamente desplegado a principios de los ochenta, cuando ni siquiera muchos bancos contaban plenamente todavía con estas tecnologías. Esta fuerte vocación tecnológica nos ha ayudado a vivir intensamente la ahora conocida transformación digital, incorporándola día a día a nuestras operaciones, y asumiendo muy tempranamente los muchos avances que esta revolución está incorporando a nuestra sociedad. Internet, como base, ha permitido la evolución de muchos de nuestros negocios favoreciendo la distribución y una mayor accesibilidad de los servicios, tanto para mediadores como para clientes, diversificando aún más nuestra propia marca o el desarrollo de nuevas marcas digitales, como es VERTI, que ya además de en España opera en Alemania y en Italia, y de SAVIA, nuestra propuesta de Salud Digital. Pero esta disrupción tecnológica continúa en marcha con la incorporación de MAPFRE al mundo del emprendimiento innovador, tanto con la inversión directa en startups como en el acompañamiento a muchas de ellas, que proporcionan interesantes modelos de negocio, además de habernos convertido en uno de los líderes mundiales en el apoyo al emprendimiento social, con los premios y reconocimientos que año a año viene haciendo Fundación MAPFRE. Además, la adopción rápida de nuevas tecnologías nos está permitiendo acelerar la automatización de procesos y operaciones, con la robotización, el cloud computing, el machine learning y, últimamente, con los primeros avances en inteligencia artificial tanto ordinaria como generativa. Un apasionante mundo digital, al servicio de las personas y con las personas en el centro, que está acelerando la adopción de nuevos conocimientos, nuevas capacidades que faciliten la vida a nuestros clientes y el uso de avances tecnológicos y científicos que reducirán los accidentes, prevendrán y curarán enfermades, alargarán la vida y mejorarán las condiciones sociales, laborales y económicas del ser humano. Y el seguro y MAPFRE siempre protagonistas, acompañando siempre a nuestros clientes en todo el mundo.
Hoy día podemos hablar de una aseguradora y reaseguradora global, con presencia en los cinco continentes, con un marchamo propio representado por su modelo de negocio, su solidez y la profesionalidad de sus equipos.
Siendo importantísimos los pasos que empresarialmente se han ido dando desde los años sesenta, nuestro grupo no sería reconocible si no habláramos, además, y, ante todo, de su fuerte cultura propia, sus valores y su compromiso social. Las distintas generaciones, que se han sucedido a lo largo de estos 90 años, han sido, a su vez, hacedores y partícipes de esa forma de ser diferencial. Unos cimientos sólidos que nuestra empresa atesora, que todos los empleados, los de antes y los de ahora, aprecian como suyos, fortaleciendo un sentido de pertenencia único y envidiado. Una señal clara de identidad que vincula a nuestra gente con el entorno, con nuestros agentes y colaboradores y con la sociedad, en general, como marca propia de la casa. Y quiero especialmente referirme a los más de treinta y un millones de clientes que cada día siguen depositando su confianza en MAPFRE, por y para los cuales nos esforzamos en hacerlo mejor día a día.
Queridas amigas y amigos, todo esto solo es y ha sido posible gracias a las personas de MAPFRE, a todos los que desde el año 1933 han ido poniendo su grano de arena en esta inmensa playa que hoy apreciamos como una gran realidad empresarial. Y ellos han podido prosperar en MAPFRE y contribuir a su desarrollo gracias a esa cultura que reconoce y premia la meritocracia, que favorece el liderazgo de los mejores, en condiciones de plena igualdad, respeto, inclusión y apoyo mutuo, que permite recompensar el trabajo profesional, el esmero en el servicio y que se sostiene sobre unos fundamentos éticos muy sólidos, con políticas que favorecen el desarrollo humano, que prohíben rigurosamente el nepotismo y que evitan ante todo el conflicto de interés. Además, unos procesos de formación y desarrollo profesional continuos han permitido siempre contar con el mejor grupo humano posible, que siempre ha devuelto con esfuerzo, dedicación, compromiso y resultados lo que la empresa ha puesto a su disposición.
Gracias también a los medios de comunicación no solo por acompañarnos esta noche sino, sobre todo, por la imprescindible labor que realizan día a día, analizando y evaluando nuestra actividad desde la independencia y la objetividad. Con ellos aprendemos día a día para corregir e impulsar todo aquello que puede ayudarnos a elevar nuestra reputación y reconocimiento social. Y especialmente nuestro agradecimiento a todos los consejeros externos que cada día se esfuerzan y esmeran por ayudarnos a ser una mejor empresa. Su asesoramiento, cercanía y apoyo siempre son muy valiosos y aprendemos mutuamente para continuar fortaleciendo los pilares culturales, financieros y de negocio de nuestro grupo.
Nuestro grupo no sería reconocible si no hubiéramos contado a lo largo de las últimas décadas con el apoyo de múltiples socios, tanto con los que tenemos o tuvimos relación accionarial como otros que nos han acompañado como distribuidores relevantes, y a los cuales quiero hoy rendir también homenaje. Muchos de ellos hoy ya no existen, tanto personas como instituciones, pero otros muchos sí y los personalizo en los que todavía hoy son grandes referentes y apoyo para MAPFRE. Comienzo con nuestro agradecimiento a toda nuestra red de delegados y agentes en España e Iberoamérica y a nuestra red de agentes altamente vinculados en los Estados Unidos. Entre muchos otros, también hoy día agradecemos muy calurosamente nuestras relaciones con todos los grandes brokers globales, Marsh, Aon y Willis especialmente, además de los fabricantes de automóviles con los que hemos estrechado relaciones en los últimos años. Además, especialmente gracias a nuestros principales socios de negocio actuales, Banco do Brasil, Grupo Financiero BHD en Dominicana, Bank of Valetta en Malta, Bankinter, Banco Santander y Abante en España, Allianz Trade, antes Euler Hermes, en Solunion, el club del automóvil Triple AAA en Estados Unidos, sin dejar de lado a retailers, financieras, eléctricas, fabricantes de automóviles y operadoras de telecomunicaciones con los que seguimos incrementando relaciones mutuas. Y sobre todo agradecimiento también a nuestros reaseguradores, que siempre nos están apoyando y a los que retornamos su confianza con nuestra relación rentable a medio y largo plazo y con nuestro rigor y profesionalidad en la gestión del negocio. Y nuestro agradecimiento también a las grandes firmas que siempre nos acompañan, tanto auditoras como consultoras y tecnológicas que ven a MAPFRE como un gran socio, más que como un cliente, con los que compartimos conocimiento, recursos y proyectos.
Hoy día, 90 años después, con más de cinco generaciones yuxtapuestas de profesionales a lo largo de este tiempo, somos parte activa y continuadora de este gran éxito empresarial español. Más de 31 000 empleados en 40 países, de más de 90 nacionalidades diferentes, 80 000 mediadores, otros 150 000 colaboradores y más de 31 millones de clientes en más de 100 países configuran uno de los grupos aseguradores más relevantes y admirados del mundo. Y estamos hoy aquí para celebrarlo todos juntos, los que estuvieron, muchos de ellos en nuestro recuerdo, los que están y los que estarán.
Nuestro modelo de negocio, sólido y sostenible ha resistido con éxito a todo tipo de crisis económicas, políticas, sociales, grandes catástrofes, guerras o colapsos de mercados, además de una emergencia mundial de salud como la pandemia, manteniendo siempre el compromiso de resultados y dividendos con nuestros accionistas.
Esto me permite concluir mi intervención con un mensaje muy optimista en relación al futuro: no solo superaremos el centenario sino que iremos más allá. El futuro está garantizado por nuestro modelo de negocio y por el talento de nuevas generaciones de profesionales que seguirán manteniendo a MAPFRE en posiciones de liderazgo, innovando, avanzando en la sostenibilidad del negocio, manteniendo un exigente compromiso ético y social, y haciendo lo que mejor sabemos hacer, también aprovechando las ventajas de un mundo digital: cuidar de las personas y protegiendo lo que a las personas les importa. Seguiremos acompañando a los clientes y protegiendo su presente y su futuro. Esta es nuestra garantía de éxito.
Gracias a todos por vuestra presencia hoy aquí, pero sobre todo por vuestra confianza en MAPFRE.
Buenas noches.