TEXTO NURIA DEL OLMO | FOTOGRAFÍA MAPFRE, ISTOCK
Los residuos son sin duda una amenaza. Contaminan los suelos y el agua, producen incendios y generan gases de efecto invernadero, como el C02 y el metano, causantes del cambio climático. Se prevé que para 2030 se generarán en el mundo un total de 2,59 billones de toneladas de residuos anuales, una cifra alarmante, que pone de manifiesto la importancia que tiene gestionar bien los desechos orgánicos, pero también otros como el papel, el plástico, el vidrio y el aceite, por ejemplo.
La economía circular es un sistema de producción y consumo, que, a diferencia del modelo lineal, basado en usar y tirar, promueve la reutilización, la reparación y el reciclaje, lo que se traduce en un ahorro energético considerable frente a la industria extractiva (evitamos producir nuevos materiales), en un máximo aprovechamiento de los escasos recursos naturales disponibles y en la disminución de la deforestación.
Así lo cree Sara Fernández, experta en Medio Ambiente de MAPFRE, quien considera que las amenazas del cambio climático demuestran que es más necesario que nunca avanzar firmemente hacia este modelo verde y sostenible, “con el que las empresas no solo mejoran sus resultados, disminuyen costes y reducen el impacto ambiental, sino también con el que se podrían generar hasta 160.000 puestos de trabajo en España antes de 2030”. Lo indica en base al informe Economía Circular en Pymes en España, que han presentado recientemente la Cámara de Comercio de España y MAPFRE, que analiza la situación de España en 2019 y en el ámbito de la Unión Europea, y que explica el desempeño que tienen las pymes a través de una encuesta a 400 entidades de todos los sectores.
La huella de carbono se obtiene multiplicando datos de las actividades (cantidad) por factores de emisión.
se prevé 2.59 billones ton. De residuos para 2030
El estudio, el primero que se realiza en esta materia, señala que España no aprueba en gestión de residuos, es decir en recuperación y reciclaje de desechos, lo que le lleva a ocupar las últimas posiciones en la Unión Europea. A pesar de ello, la investigación pone de manifiesto que las pequeñas y medianas empresas avanzan de forma progresiva en promover este modelo y que cada vez es mayor el número de ellas que adopta medidas para reducir la generación de residuos (94,4 %), vender o ceder sus desechos a otras empresas para que los aprovechen (56 %), así como separar en origen una parte o todos los residuos que generan, sobre todo papel y plásticos, y hasta recurrir a gestores privados para desprenderse de residuos más contaminantes, como la chatarra y el aceite.
Con la economía circular se ahorra energía, se aprovechan los escasos recursos naturales disponibles y disminuye la deforestación
“Es importante consumir de forma responsable, adquirir productos de mayor calidad, optar por el marcado de segunda mano y reparar más”.
Las pymes también se caracterizan, cada vez en mayor medida, por utilizar materias primas secundarias o recicladas en sus procesos productivos (60 %), principalmente papel y cartón (71,3 %); y se comprometen más a reducir el consumo de recursos (80 %), fundamentalmente electricidad y con el objetivo principal de ahorrar. Entre las áreas de mejora, el estudio destaca el hecho de que las empresas de este tamaño siguen sin tener en cuenta diseños ecológicos en sus productos (21,1 %), clave para lograr incrementar la tasa de reciclaje; no eliminan tanto como sería deseable los plásticos de un solo uso (16,2 %); y no creen que deban tomar medidas para recuperar y reutilizar el agua (88 %), excepto las del sector industrial.
Evitar que lleguen al verdedero
Con la economía circular se aprovecha casi todo, pero para que esto ocurra se necesita un cambio cultural, algo que aún no se ha producido. Así lo cree Sara Fernández, quien asegura que “los ciudadanos deben ser más conscientes del impacto que supone no reducir, reciclar y para ello es importante que aprendan a seleccionar bien los residuos y aprovecharlos al máximo para darles una segunda o tercera vida y evitar así que acaben en un vertedero. Es una de las formas de contribuir a la supervivencia del planeta”, indica.
Para ser ciudadanos más circulares, la experta en medio ambiente también confía en la importancia del consumo responsable, “algo que sin duda la pandemia ha favorecido de algún modo, haciéndonos más conscientes de que en realidad no necesitamos ni la mitad de las cosas que compramos. También creo que debemos adquirir productos de mayor calidad, que por lo general duran más tiempo, desprendernos de las cosas cuando estas han acabado su vida útil, optar por el mercado de segunda mano, algo que los más jóvenes tienen completamente interiorizado, y desde luego el de proximidad. Es importante, además, reparar más, separar bien los residuos, utilizar más los puntos limpios, medir el consumo de energía y agua en casa, evitar la contaminación del agua y del aire, e incluso la acústica, y desde luego optar por fuentes de energía renovables.
CO2 Calcular su huella de carbono
Gracias a la colaboración de la Cámara de Comercio de España y MAPFRE las pymes podrán recibir asesoramiento, capacitación, apoyo tecnológico e información con el objetivo de mejorar su competitividad y aumentar su contribución al desarrollo sostenible. También podrán calcular su huella de carbono a través de una herramienta específica que, además, les permitirá evaluar su eficiencia energética y grado de implantación de la economía circular en su organización.
Hostelería, los más comprometidos
La hostelería es claramente el sector en el que las empresas toman más iniciativas para prevenir la producción de residuos y promover el reciclaje, así como el más activo a la hora de formar e implicar a sus empleados y en exigir a sus proveedores certificados ambientales. Casi la mitad de las empresas de este sector realizan acciones específicas para separar la materia orgánica del resto de residuos, una acción que evita que se descompongan en el entorno y contaminen. Bares y restaurantes son también los que demuestran mayor compromiso a la hora de eliminar los plásticos de un solo uso (33 %), los que más apuestan por utilizar sistemas de devolución y retorno (20 %), y los que más iniciativas han tomado para promover la eficiencia energética.
MAPFRE, Residuo CERO en 2021
MAPFRE aspira a ser una compañía referente en Economía Circular, un compromiso incluido en su estrategia de sostenibilidad. Para ello, se ha adherido recientemente al Pacto por una Economía Circular, una iniciativa que establece nueve retos para promover el ahorro energético y reducir el impacto ambiental de la compañía. Se ha comprometido, además, a minimizar la generación de residuos (papel, plástico, cartón y equipos electrónicos, entre otros) en todo el Grupo y conseguir en 2021 la Certificación Residuo Cero en el complejo de Majadahonda (Madrid). En esta línea, destaca el proyecto MAPFRE Sin Plásticos, en el que en 2019 participó el 80 % de los empleados en España y Portugal, y que ha logrado evitar el consumo de un millón y medio de botellas de plástico y de dos millones de vasos de un solo uso.
MAPFRE se ha propuesto minimizar la generación de residuos en todo el Grupo y conseguir la Certificación Residuo Cero en su sede social, en Madrid. La multinacional quiere ser referencia en economía circular.