Fundación MAPFRE, dentro de su programa Sé Solidario, ha lanzado una iniciativa con la que pretende sacar a la luz a aquellos superhéroes anónimos, pequeños en tamaño pero grandes en corazón, que realizan tareas que mejoran la vida de los demás, sobre todo de los que más lo necesitan. A lo largo del último trimestre, Tu Fundación ha ido revelando sus nombres para que todos tuvieran su momento de protagonismo.
Son los superhéroes de barrio, que con sus poderes hacen volar las ilusiones de personas que sufren, con su voluntad logran superar obstáculos casi insalvables y con su entrega y generosidad afrontan diariamente grandes retos. Desde Sé Solidario se da apoyo a personas que lideran iniciativas para mejorar la vida de los demás, conocidos o desconocidos, vengan de donde vengan, sin esperar recibir nada a cambio. Nuestros superhéroes son felices con las risas de los niños con discapacidad, con la compañía de los mayores y con el afecto de los olvidados.
Fundación Horizontes Abiertos
Acompañar hasta el final, consolar en el duelo
La Fundación Horizontes abiertos ofrece un hogar a personas convalecientes, con enfermedades crónicas o en estado terminal, que después de salir de prisión o de hospitales necesitan cuidados continuados en un domicilio. Son personas que no pueden sobrevivir ya en la calle, que sufren exclusión social severa: niños menores de 3 años con madres que cumplen condena, toxicómanos, reclusos que quieren salir de la droga o reinsertarse laboralmente, mujeres y niños víctimas de maltrato y personas sin hogar, convalecientes o con enfermedades crónicas, o en estado terminal.. “Un hogar y alguien que te quiera puede ser la diferencia entre estar y no estar en la cuneta de la sociedad”. Estas palabras de María Matos, cofundadora de esta Fundación junto con el Padre Garralda, son la clave de la labor que realizan a diario los trabajadores y voluntarios de Horizontes Abiertos. Su aportación es estar, escuchar, acompañar en el silencio y mirar a los ojos de aquellos que creen haberlo perdido todo.
Dyango es de Mali. 45 años. Vive aquí desde hace dos. Cuida de parte de las plantas y flores que se ven por la casa. Sufrió un ictus que le dificulta los movimientos de medio cuerpo
Fundación Lukas
Mirar a las personas con discapacidad de otra manera
Anne Marie Otten es una persona concienciada y comprometida con los demás. Ese es su superpoder. Un día descubrió que tenía que hacer algo para ayudar a las personas con discapacidad múltiple severa. Y lo hizo. De ahí surgieron los Parques de Integración, espacios de ocio adaptados, de Madrid y Alicante y un centro de terapias de todo tipo (sensorial, hidroterapias, fisioterapias, terapias con perros, etc.). Más tarde, fijándose en algunos modelos de su Holanda natal, puso en marcha la vivienda tutelada asistida en la que hoy viven seis personas con discapacidad múltiple severa.Nueve personas trabajan para que todo funcione. Y todos lo hacen con una sonrisa. En la casa todo es amplio: habitaciones, pasillos, y los cuartos de baño que se comparten por cada dos habitaciones. Allí, con la ayuda de camillas adaptadas, y con arneses, los cuidadores dan apoyo a todos sus habitantes. “Los primeros colaboradores son los padres– dice Anne Marie -. Sin su ayuda, esto es imposible. Se implican en el cuidado y la adaptación de sus hijos. El personal es la otra pieza”.
Irene pasea en una bici adaptada. Algunas las mantienen y arreglan las personas sin hogar del albergue Santa María de la Paz de la orden San Juan de Dios. Juntos harán con ellas El camino de Santiago.
Fundación Grandes Amigos
Ganar la partida a la soledad
El objetivo de esta Fundación es ofrecer compañía y afecto a personas que están solas, sobre todo a los mayores, para las que es más importante recibir cariño que tener cubiertas las necesidades básicas. Hoy, 850 voluntarios de la Fundación acompañan a mayores que viven solos, estableciendo con ellos una relación de amistad y afecto.
La labor generosa de Mercedes Villegas, la superheroína de esta historia, empezó hace muchos años, en 1994, como voluntaria en Francia. En aquel momento, esta joven periodista quería aprender francés y hacer labor social, y así pasó un verano acompañando a personas mayores solas que compartían un hogar.
Hoy, su fundación atiende a más de 850 personas mayores en soledad no deseada, algo que no puede suplir la administración, pero que hacen muy bien los 875 voluntarios que colaboran con la fundación y que crean con los mayores una relación de amistad, de ayuda mutua.
Promover el encuentro intergeneracional y recuperar las relaciones de barrio es parte del trabajo de Grandes Amigos, apoyado por Fundación MAPFRE.
Fundación Ana Carolina Díez Mahou
Aprender a vivir con enfermedades neuromusculares
Javier Pérez-Mínguez y Fátima Escudero crearon esta fundación para atender a niños con enfermedades neuromusculares, y en particular a su hijo Javier, que sufría una enfermedad mitocondrial. Pocos años después, más de 200 niños son tratados en su sede, junto con sus familias, para mejorar su movilidad y conseguir integrarse e interactuar con su entorno. En resumen, para aprender a vivir. La Fundación se ha consolidado como un centro de terapias de referencia para niños con enfermedades neuromusculares, muchos de ellos. También se centran en potenciar la investigación para el tratamiento y cura de estas enfermedades.
Muchas terapias individualizadas con música, agua o animales dan resultados extraordinarios.
Fundación Altamar
Mucho más que educación integral
Fundación Altamar es el alma del barrio de La Trinidad y El Perchel, en Málaga. Desde que en 2005 un grupo de mujeres puso en marcha el proyecto, han ofrecido apoyo y educación integral a casi 100 niños, además de asistir las necesidades de sus familias en riesgo de exclusión.
Victoria Marín es la directora de Altamar, más conocida en el barrio por su apodo de Peque. Es pedagoga y desde joven fue voluntaria en proyectos educativos. Con “el apoyo escolar personalizado el avance de los niños es mucho mayor, y en especial quienes no pueden permitirse clases particulares. Atendemos actualmente a un total de 44 niños entre 5 y 16 años, que pertenecen a unas 25 familias”, dice Peque.
Pero lo primero es la merienda. “Para algunos de estos niños es de las pocas comidas que reciben al día”. Alternan fruta, bocadillos y alguna bollería ocasionalmente. Y cada día la facilita alguna entidad como Fundación MAPFRE con sus propios voluntarios. Lo segundo, el apoyo escolar. “Que sea personalizado es la clave”, recuerda Peque. Y lo tercero, los talleres, que empiezan a las 18:45. Se trata de orientar a las familias en aspectos básicos de salud, higiene, nutrición, educación, etc. y que puedan ejercer una labor familiar y educativa adecuada.
Altamar es una asociación que ofrece apoyo escolar individualizado a 44 niños en riesgo de exclusión social. Y además atiende las necesidades de unas 25 familias en el barrio de La Trinidad y El Perchel,
de Málaga.
Asociación El Despertar
Establecer una conexión especial
Bienvenidos a esta casa de la luz. El Despertar, en Aluche, Madrid, centro de día y colegio, es además la única residencia permanente en Madrid para personas con parálisis cerebral profunda. 60 personas de entre 3 y 51 años asisten al centro de día; los menores de 18, al colegio; y otros 16, mayores de 18, conviven en la residencia.
El área escolar es específica para pluridiscapacidad y parálisis cerebral severa. Se trata de aportar aquello que no pueden los centros con educación: “Organizamos las actividades según las discapacidades de los alumnos. Tratamos de adaptarlas para proporcionar el mayor nivel de desarrollo motriz, cognitivo y afectivo-social posible”, explica Paco Prieto, responsable de esta área. “Aquí te implicas”. Más que en otros trabajos, explica Amaya, al frente del departamento en el que seis fisioterapeutas atienden a diario a los chicos y chicas en el centro de día. “A diferencia de otros trabajos, aquí se establece una conexión especial.”
Hay 16 residentes permanentes del Centro El Despertar. Es un ala del edificio habilitada para hogar con habitaciones compartidas. Cuentan con 6 auxiliares, 1 terapeuta ocupacional y 1 enfermero. La residencia está diseñada para reconocer cada espacio a través del tacto, la vista o las sensaciones. “Hemos querido darle al centro un carácter familiar. Es una familia. Los colores y la luz no son los de una residencia de un blanco frío y triste. El personal invierte mucho afecto y establece una relación personal”. El cuidado de las personas con discapacidades múltiples severas hace que las que en otro tiempo morían prematuramente, vivan hoy más y mejores años.
En el centro se trabaja la estimulación cognitiva y los ejercicios psicomotrices. Pero hoy es fiesta y hay un poco de descontrol. Sobre todo, cuando suena la música.