Los expertos coinciden en que la temporada de huracanes del Atlántico de este año ha sido la tercera más activa de la historia. Harvey, Irma, María… Son nombres que se han convertido en familiares por la destrucción que han dejado a su paso. A estos se han unido terremotos de diversa intensidad, algunos muy alta. ¿Cómo se enfrentan las compañías aseguradoras a esta situación? ¿Es posible hacer una previsión adecuada de las pérdidas?
TEXTO EL MUNDO DE MAPFRE | FOTOS MAPFRE
Oficialmente, la temporada de huracanes se inició el 1 de junio y finalizó el 30 de noviembre. Estas fechas delimitan convencionalmente el periodo en el que cada año la mayor parte de ciclones tropicales se forman en el océano Atlántico.
Esta temporada ha sido, además de una de las más activas, la más intensa desde 2005 en términos de Energía Ciclónica Acumulada (Accumulated Cyclone Energy -ACE), métrica que se utiliza para combinar la intensidad y la duración de las tormentas.
El Área de Riesgos de la Naturaleza de MAPFRE RE y el departamento de Riesgos Catastróficos de MAPFRE GLOBAL RISKS, junto a las entidades locales de MAPFRE expuestas a estos peligros, trabajan activamente para
hacer frente a los diversos retos que supone el continuo seguimiento de este tipo de eventos.
LA VALORACIÓN DE LA SEVERIDAD DE UNA CATÁSTROFE
Para evaluar la severidad de una catástrofe se tienen en cuenta tres elementos principales. En primer lugar, la intensidad con la que se ha manifestado el peligro natural. Si se trata de un huracán, se evalúa la fuerza de los vientos, las inundaciones que conlleva y las precipitaciones o la marea de tormenta. En el caso de un terremoto, se consideran variables como la magnitud y profundidad del mismo o la ruptura de falla.
El segundo elemento a observar es la zona expuesta. Se verifica su amplitud, la existencia o no de grandes poblaciones y el grado de penetración del seguro en la región afectada. Y por último, el tercer elemento sería la vulnerabilidad, que se traduce en la capacidad de las personas y los bienes que existen en esa zona de verse impactados y sufrir daños en mayor o menor medida.
Además de la actualidad en medios de comunicación, se consultan fuentes como las alertas emitidas por los organismos internacionales y nacionales ante este tipo de fenómenos, así como otras herramientas de aplicaciones móviles.
Varios servicios meteorológicos nacionales y agencias científicas pronostican cuántas tormentas, huracanes y grandes huracanes (Categoría 3 o superior en la escala Saffir-Simpson) se formarán durante la temporada y cuántos ciclones tropicales pueden afectar a un país en particular.
“El conocimiento detallado de las exposiciones ante Peligros de la Naturaleza (denominado técnicamente control de acumulación catastrófica) es esencial en la actividad de cualquier asegurador o reasegurador”, explica Juan Satrústegui, director del Área de Riesgos de la Naturaleza en MAPFRE RE. “Este control facilita que antes de la ocurrencia de cualquier evento se puedan definir escenarios que permitan estimar el posible coste de los siniestros catastróficos que se tuvieran que afrontar.
En el Área de Riesgos de la Naturaleza de MAPFRE RE, una vez ocurrido un evento, se intenta anticipar el impacto económico que puede suponer, tanto para MAPFRE RE como para el Grupo en su conjunto, utilizando diferentes metodologías. Una de ellas consiste en aplicar distintos porcentajes de daño a las sumas aseguradas de las zonas afectadas, en función de la intensidad del evento, acotando estas pérdidas con los límites de indemnización de los contratos.
La otra forma es identificar los eventos más parecidos al real dentro de las modelizaciones probabilistas realizadas previamente, y consultar las pérdidas que el modelo ha estimado. Esto sólo es posible siempre que las carteras aseguradas hayan sido modelizadas con los distintos Modelos de Estimación de Pérdidas ante catástrofes naturales disponibles en el mercado. MAPFRE RE utiliza modelos de las empresas RMS (Risk Management Solutions) y AIR Worldwide para estimación de pérdidas ante catástrofes naturales.
LA IMPORTANCIA DE LA GESTIÓN DE CATÁSTROFES
Los trabajos de predicción, análisis y monitorización continua de los riesgos de la naturaleza son esenciales para una correcta gestión de riesgos catastróficos en la compañía. Josefina Rodríguez Mondragón, jefa del departamento de Riesgos Catastróficos de MAPFRE GLOBAL RISKS, lidera el equipo responsable de identificar el suceso, analizar el evento en detalle y monitorizar las posibles zonas afectadas para contrastar con la ubicación de los riesgos.
Una vez se ha producido el evento, este departamento trabaja en estrecha colaboración con el Área de Siniestros, apoyándose en fuentes de información oficiales y con herramientas tecnológicas adaptadas a sus necesidades.
El papel de la tecnología en la gestión del área es fundamental: “Trabajamos con bases de datos detalladas y centralizadas, de donde obtenemos nuestra exposición en más de 200 países en los que tenemos riesgos asegurados”, afirma Josefina Rodríguez.
En estas bases de datos se identifican las ubicaciones en las que se encuentran las zonas afectadas tras un evento catastrófico y en pocas horas se puede generar un listado de clientes, sumas aseguradas y condiciones de póliza. Dicho listado se traslada al Área de Siniestros, desde donde la empresa se pone en contacto con los asegurados a través de sus centros de suscripción, cumpliendo el objetivo último de MAPFRE de estar junto a sus clientes cuando más lo necesitan, para darles la mejor respuesta.
NUEVA PLATAFORMA
“La integración de nuestra información desde el momento de la suscripción es un elemento clave en el que trabajamos continuamente”, destaca Josefina Rodríguez. Por ello desde el Departamento de Riesgos Catastróficos de la Unidad de MAPFRE GLOBAL RISKS se está trabajando en la ejecución de una iniciativa que permitirá hacer más eficiente el control de la exposición catastrófica en los 200 países en los que la compañía asegura actualmente más de 600.000 situaciones de riesgo.
Mediante la nueva Plataforma CAT se obtendrá el cálculo de consumo y la verificación de la capacidad disponible de manera automática durante el proceso de suscripción. Para ello, se integrará con la Plataforma de Suscripción de Negocio de MAPFRE GLOBAL RISKS, siguiendo los parámetros que se han consensuado con dicha área. También será posible la visualización gráfica de las situaciones de riesgo aseguradas a nivel mundial y se facilitará la medición de los riesgos expuestos al impacto de las catástrofes de manera mucho más ágil.
La automatización del control de la exposición catastrófica desde el momento de la suscripción, la optimización de la respuesta ante eventos catastróficos y la disminución del riesgo operacional serán las principales ventajas que aportará la nueva Plataforma, y que supondrán para la compañía un gran valor diferencial y estratégico.
¿Y CÓMO SE ACTÚA EN EL TERRENO?
MAPFRE históricamente tiene casos de éxito en la respuesta tras catástrofes naturales. El terremoto de Chile en el año 2010 es uno de los ejemplos más claros, tras el cual MAPFRE desempeñó un importante papel. También en Lorca, España, MAPFRE tuvo una actuación rápida tras el terremoto que sufrió la localidad en 2011.
Más recientemente, nuestra respuesta en Puerto Rico tras el paso de los huracanes Irma y María el pasado mes de septiembre, donde se reforzaron las vías para notificar siniestros y se dedicó atención individualizada a los afectados, o en México, después de los terremotos ocurridos en ese mismo mes, son muestras de como el Grupo actúa de forma inmediata con todos los recursos a su alcance para dar respuesta a las necesidades de sus clientes.