El pasado mes de mayo, el virus Wannacry infectó alrededor de 230.000 equipos en más de 150 países, paralizando la actividad de empresas, organismos y servicios públicos. Los expertos aseguran que es solo un anticipo de lo que viene. ¿Estamos preparados para afrontar esta amenaza global? Seis compañeros que velan por la ciberseguridad en MAPFRE nos lo cuentan.
TEXTO María Jesús Pérez Fuentes y Andrea Burgui | ILUSTRACIONES Thinkstock
Ciberriesgos, spyware, ramsonware… seguro que últimamente estos términos te resultan muy familiares. Pues bien, la ciberseguridad no es una materia de nueva creación, lleva entre nosotros desde finales de la década de los 90, aunque es ahora cuando se ha colado en la agenda de todos los comités directivos de las empresas a nivel mundial.
En MAPFRE nos tomamos muy en serio la confidencialidad y protección de los datos de nuestros clientes, así como todas aquellas amenazas que puedan poner en riesgo el normal funcionamiento de nuestra actividad. Por eso, contamos con un amplio equipo especializado en este ámbito repartido por todo el mundo, del que hoy te presentamos una pequeña muestra.
“Todos los años oímos noticias sobre incidentes en ciberseguridad que tienen un gran impacto negativo. En ocasiones, las empresas no puede recuperarse del ataque y finalmente, cesan su actividad.
Está claro que las brechas de seguridad ya no son una amenaza, sino un hecho”, dice Tuncay, de MAPFRE SIGORTA, que nos adelanta la situación de vulnerabilidad que se ha hecho tan evidente en los últimos meses.
En un mundo hiperconectado cada vez son más las ciberamenazas a las que se ven expuestas las organizaciones. Ante este escenario global, se ha profundizado en la metodología y procedimientos para llevar a cabo distintos análisis de ciberriesgos que puedan generar una pérdida financiera o de información almacenada, interrumpir el negocio o producir un daño reputacional irreparable.
“Las organizaciones cada día están más expuestas al exterior, por lo que aumenta la superficie de ataque y por tanto, la probabilidad de sufrir un incidente”, nos cuenta Ignacio, desde la Dirección de Seguridad y Medio Ambiente (DISMA) en Madrid. Además, incluye otro elemento preocupante de esta ecuación: “Aparte de los malos de siempre, se han unido mafias, empresas o incluso gobiernos que intentan dañar la reputación de la competencia, robar información u obtener un beneficio rápido. Incluso hay empresas que ofrecen este tipo de servicios paquetizados. Hablamos de la industrialización del cibercrimen, donde todo se compra y se vende”.
Precisamente, así surgió el ya famoso WannaCry, el software malicioso de tipo ransomware que el pasado mes de mayo puso en jaque a las empresas y organismos de medio mundo. “El principal reto consiste en ser capaces de proveer un nivel de protección homogéneo, global e integral en todo el Grupo, adecuado a las necesidades de negocio de la compañía (…) Ser capaces de coordinar respuestas tempranas y coordinadas es clave para minimizar el impacto de estos ataques”, explica Juan Manuel, de MAPFRE USA.
LOS CASOS MÁS MEDIÁTICOS
Yahoo: sufrió el robo de más de un millón de contraseñas y datos de cuentas de usuarios en 2013 y 2014, siendo el mayor caso de piratería informática de la historia a una empresa.
WannaCry: afectó el pasado mes de mayo a hospitales de la red pública de Reino Unido, a Telefónica en España, así como grandes corporaciones de Rusia, Turquía, Alemania y Vietnam. Se estima que infectó más de 230.000 ordenadores en más de 150 países.
HBO: la corporación sufrió el pasado agosto un ataque informático que tuvo como consecuencia el robo de 1,5 terabytes de información, y material inédito de su serie estrella Juego de Tronos.
“Yo diría que actualmente el foco está puesto en el Internet de las Cosas (IoT), porque cada vez tenemos más dispositivos con conexión a Internet, y muchos de ellos salen al mercado con posibilidades acotadas o inexistentes de actualización y/o parcheo de seguridad. Esto hace que, ante el descubrimiento de una brecha de seguridad, se pueda acceder a ellos y ser utilizados remotamente por gente malintencionada”, afirma Gustavo, de MAPFRE ARGENTINA.
Yuli, de MAPFRE PERÚ, nos cuenta que a diferencia de Europa, el foco de los ataques en su país, generalmente son las personas y las pymes. “Pero si hablamos de grandes empresas, el principal objetivo son las del sector financiero o cajeros automáticos”.
Tanto ella, como Tuncay e Ignacio, afirman que Wannacry ha sido el mayor reto al que se han enfrentado a lo largo de su carrera. “Las empresas tradicionales cuentan con una gran obsolescencia tecnológica, siendo grandes elefantes difíciles de mover”, dice Omar desde Madrid. “Todos estos ataques requieren que los equipos de seguridad trabajen de forma coordinada, compartiendo información para hacerles frente y protegiendo a sus clientes y procesos de negocio”. “El problema”, señala Ignacio, “es que históricamente, se trata de un ámbito en el que se tiende a ser más reactivo que preventivo. Muchas empresas no invierten hasta que no sufren un gran impacto por un incidente de seguridad”. “Siendo sinceros, falta mucho recorrido en las empresas. La seguridad cuando más importa, es cuando tienes un problema y mientras no lo tienes, dan más importancia a potenciar la experiencia digital u otro objetivo empresarial. Hay que encontrar el equilibrio entre seguridad y funcionalidad”, añade Omar.
“Afortunadamente, MAPFRE cuenta con un gran equipo de profesionales que permite que, a partir de la coordinación desde la DISMA, la aplicación de criterios comunes, integrales y homogéneos sean una realidad en todas las empresas del Grupo, mientras que garantizamos la flexibilidad necesaria para poder adecuarnos a las necesidades particulares de cada compañía a través de los equipos locales”, destaca Juan Manuel, especialmente orgulloso del trabajo que su equipo realiza en Webster, Miami y Puerto Rico. Aunque con algunas diferencias, nuestros Protagonistas desarrollan en su día a día las siguientes funciones: Monitorización de todo el perímetro de la de red de MAPFRE en el mundo, bloqueo de posibles amenazas, aplicación de medidas de seguridad, mantenimiento continuo de los protocolos de seguridad, gestión y control de usuarios y accesos, análisis de riesgos operacionales de TI y de incidentes de seguridad, control de alertas, o análisis de impacto de negocio, entre muchas otras.
Cualquier amenaza de ciberseguridad debe ser tratada con precaución ya que se puede propagar rápidamente por todo el ecosistema digital y provocar así un fallo sistémico. “El reto es justamente cuidar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información así como estar preparados para seguir operando en caso de algún incidente importante”, destaca Gustavo. En este sentido, lo que se pretende es que la seguridad de nuestros productos y servicios sea percibida como una ventaja competitiva, tal y como nos explica Juan Manuel. “La aplicación de criterios de seguridad en el desarrollo de cualquier iniciativa de negocio ya no es solo una necesidad, sino un factor diferencial frente a nuestros clientes, reguladores y grupos de interés, que cada vez más nos demandan y valoran la seguridad como un elemento clave en los productos que ofrecemos”.
En concreto, en el sector asegurador se manejan datos de clientes, protegidos por distintas leyes en materia de protección de datos, por lo que cualquier incidente que pueda suponer una filtración al exterior de los mismos es una amenaza grave, como nos explica Ignacio. Los ciberseguros y el sector asegurador en general desempeñan un papel fundamental en la economía de cualquier país. La constante evolución digital en la que vivimos, la existencia de un entorno empresarial cada vez más informatizado, digitalizado e interconectado y el incremento del número de siniestros en todo el mundo, hace prever un constante crecimiento de los seguros de ciberriesgos que, presumiblemente, ascenderá a 20.000 millones de euros en unos diez años.
“Debido a la cantidad de pérdidas que generan en el mundo y la incapacidad de respuesta rápida de las empresas ante un incidente como WannaCry, el ciberseguro sería parte de la cultura de prevención de las empresas”, apunta Yuly.
“Para MAPFRE, los clientes son el primer objetivo, la ciberseguridad está incorporada a nuestro compromiso de calidad y trabajamos siempre para que, pase lo que pase, ellos estén protegidos y nosotros sigamos atendiendo el servicio que prestamos”, indica Guillermo Llorente, subdirector general de la Dirección de Seguridad y Medio Ambiente de MAPFRE y máximo responsable de seguridad en la compañía.
PERFILES
SEGURO DE CIBERRIESGO
El pasado mes de marzo MAPFRE lanzó en España un seguro de ciberriesgo para pymes y autónomos que permite hacer frente al robo de datos y de información confidencial. Además, ofrece protección ante las pérdidas económicas que pueda sufrir un negocio a causa de los daños informáticos, ayuda para hacer frente a una amenaza de extorsión cibernética, asesoría legal y servicio de restauración del software, entre otros.