Miles de aeronaves no tripuladas y guiadas por GPS empiezan a formar parte de nuestro paisaje. Más de 174.000 drones se venderán este año para vigilar fronteras, prevenir averías y revisar el estado de la red eléctrica. ¿Lo último? También transportar pasajeros, vigilar exámenes y repartir comida a domicilio.
TEXTO Ana Gutiérrez | FOTOS Thinkstock
Los drones, esas pequeñas aeronaves no tripuladas de las que todo el mundo habla, no son un invento de este siglo, por curioso que parezca, sino de finales del XIX.
El primer avión no tripulado surgió en Austria, en 1849, donde por primera vez se fabricaron 200 globos aerostáticos que lanzaron bombas contra Venecia. También durante la Primera y Segunda Guerra Mundial se utilizaron aviones militares sin piloto con el objetivo principal de realizar fotografías aéreas que se empleaban para vigilar los movimientos del enemigo y para destruir ciudades enteras.
Hoy, los drones de uso profesional siguen siendo claves en labores de inteligencia y combinan su capacidad de vigilancia con el hecho de ser armas en sí mismos. Mientras militarmente se trabaja en integrar drones cada vez más sofisticados en sus sistemas, desde un punto de vista civil se empiezan a utilizar otros para un sinfín de usos cada vez más interesantes. En algunos casos, estos aparatos, que pesan de media entre 2 y 25 kilos y que cuestan como mínimo 300 euros, reemplazan en sus tareas a los aviones y helicópteros porque pueden ser más baratos y efectivos.
Según Gartner, consultora especializada en el sector tecnológico, se prevé que en 2017 se vendan más de 174.000 unidades para uso comercial, cifras que seguirán aumentando en los próximos años hasta alcanzar los 11.800 millones de euros en ventas hasta el año 2020.
El espectáculo está servido
Hace pocos meses, los espectadores de la Super Bowl, el principal campeonato profesional de fútbol americano, disfrutaron de una actuación de Lady Gaga con un cielo lleno de luces. Esto fue posible gracias a los 300 drones de Intel que surcaron el cielo iluminándolo con sus LED. Pedir una pizza que no llegue en moto también es posible. Por el momento solo lo ha conseguido una empresa rusa que sirve a sus clientes pizza a través de pájaros metálicos que entregan los pedidos de forma rápida y segura.
Exámenes y grafitis
En las aulas también están empezando a verse drones. En China, por ejemplo, es habitual que en el equivalente a nuestros exámenes de selectividad, haya drones que de forma silenciosa vigilan a los alumnos para que no copien a otros compañeros y no saquen los apuntes. Estos aparatos también pueden detectar señales de radio y comprobar si los estudiantes emplean pinganillos o gafas con cámaras incorporadas. En Alemania también se están empleando drones para identificar a las personas que pintan grafitis en trenes y en estaciones ferroviarias.
Prevención de plagas e incendios
No todos los usos son tan disruptivos. Actualmente, los drones también se utilizan para que importantes sectores de la economía evolucionen. Es el caso del agrícola, uno de los que más rápidamente ha comprobado lo útil que puede llegar a ser un dron para revolucionar el campo. Los drones son capaces, por ejemplo, de analizar y detectar problemas en cultivos, proporcionar el tratamiento necesario y optimizar los costes de abonado y herbicidas.
También en el sector forestal, los drones permiten en estos momentos realizar inventariado y clasificar especies en grandes superficies, así como detectar plagas mediante cámaras y prevenir incendios.
Salvamento y ayuda humanitaria
Estas naves también se están abriendo paso en crisis humanitarias de la mano de grandes organizaciones que empiezan a utilizarlas para elaborar un mapa de los asentamientos de refugiados, valorar las necesidades de los desplazados, organizar su registro y planificar los servicios de saneamiento, salud y educación convenientes.
También está siendo muy útil a la hora de encontrar a una persona desaparecida o que se encuentra en mitad de una catástrofe, gracias a drones que incorporan sensores térmicos o que sobrevuelan zonas de difícil acceso.
Viajar en taxi
Lo que sin duda impresionará a más de uno es ver drones sobrevolando el cielo y transportando a pasajeros, al más puro estilo de El quinto elemento, película icónica de los años 90, en la que el medio de transporte por excelencia eran los vehículos voladores. Lo que parecía ciencia ficción ha dejado de serlo. En Dubái se podrá tomar un taxi que vuele sin piloto y que transporte a un pasajero por la ciudad, a partir de junio. Eso sí, los interesados no podrán pesar más de 100 kilos, sólo podrán viajar con una pequeña pieza de equipaje y realizar un recorrido no superior a los 30 minutos y 50 kilómetros de distancia. Él tráfico ya no será una excusa para llegar tarde a trabajar.
Los drones en MAPFRE
No hay duda de lo que pueden facilitar el trabajo estas aeronaves. No hace mucho un hotel sufrió un incendio y gracias a la utilización de un dron se llegó rápidamente, se conoció la magnitud de los daños y donde se había originado. Todo ello de una manera ágil y sin que el perito corriera ningún riesgo.
Seguro de Responsabilidad Civil
MAPFRE en España se suma a México y a Chile con el lanzamiento de un seguro específico para drones, orientado al uso profesional que autónomos y empresas puedan realizar con estos vehículos. Se trata de un producto flexible, que se adapta a las necesidades de cada cliente, que cubre la responsabilidad civil frente a los daños, tanto materiales como personales, y que permite seleccionar distintos límites aseguradores en función de los distintos usos a los que vayan a ser destinados. Para el lanzamiento de este producto, MAPFRE ha contado con la ayuda del Centro de Experimentación y Seguridad Vial de MAPFRE (CESVIMAP), entidad que ha conseguido la licencia de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea como operadora de drones. Con motivo del lanzamiento del producto y la obtención de la licencia de la AESA, MAPFRE y CEVISMAP dichas entidades representaron recientemente al sector asegurador en CIVILDRON’17, congreso sobre las aplicaciones de los drones en la industria civil, que este año ha sido patrocinado por la Comunidad de Madrid.
Drones bajo control
En España, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) es el órgano encargado de ejercer las competencias en materia de control de la circulación aérea general en el conjunto de la actividad aeronáutica española.
Estos son los requisitos para poderlos utilizar de forma segura:
-Tener un seguro de responsabilidad civil específico para aeronaves.
-Disponer de una licencia para pilotar drones.
-Contar con un certificado médico en vigor.
-Cada dron ha de estar registrado en AESA con su placa identificativa.
Jugando con drones
Durante la pasada campaña de Navidad, las ventas de drones para un uso de ocio y entretenimiento en España se incrementaron un 40% con respecto al cuarto trimestre de 2015. Una de las páginas más famosa de venta online cuenta con más de 1.000 modelos distintos de drones, lo que da una idea de la dimensión que está tomando este mercado. En Estados Unidos, por ejemplo, la compra de este tipo de drones también está creciendo.
Según los datos de Consumer Technology Association (CTA ), la patronal estadounidense de las tecnologías de consumo, el año pasado, se vendieron durante las vacaciones un total de 1,2 millones de drones, lo que representa una facturación de 953 millones de dólares, más de un 115% con respecto a 2015.
Amazon. Prime Air
Así es llamado el proyecto de la compañía líder en comercio electrónico a nivel mundial. Estas navidades se realizaron pruebas de entrega a domicilio en zonas poco pobladas y el resultado fue que en menos de 15 minutos el cliente contaba con su pedido en casa. Para entregas en otro tipo de áreas habrá que esperar un tiempo para ver cómo actúan estas aeronaves.